viernes, 8 de julio de 2016

Guerra de odios



Hoy 8 de julio, amanecimos con la noticia de la muerte de siete policías en Dallas a manos de ferancotiradores actuando en represalia por el asesinato de dos afroamericanos a manos de la policía en días previos. Estos casos son reprensibles y horrendos, pero todos provienen de una misma fuente, el odio que se acentúa día día promovido por discursos políticos y por la intolerancia racial, étnica y religiosa.

Hoy también apareció la noticia de la denuncia que hizo el Procurador Alejandro Ordóñez en Colombia sobre los frentes de las FARC que no se desmovilizarán con el acuerdo de paz.  El jefe del ministerio público aprovechó esta circunstancia para calificar de "estafa"  el acuerdo de la Habana y para prevenir a la población de la inseguridad que generará que "más de la mitad de los integrantes del grupo continúen delinquiendo". Esta noticia es casi tan alarmante para los colombianos como es la muerte de policías y ciudadanos de color en Estados Unidos. ¿Cuál es el propósito del Procurador?, me pregunto. ¿Está intentando generar alarma, angustia y confusión entre la población para sabotear el proceso de paz? ¿Es esta información basada en hechos reales? Si lo es, por qué estos frentes no han atacado a la población en los pasados meses, cuando se estima que no se han registrados ataques de las FARC contra la población? ¿Por qué este personaje se empecina en confundir, alarmar y sabotear el proceso de paz con discursos teñidos de odio y de intolerancia?  Intuyo que lo que hay detrás de estos discursos es una retórica de odios e intransigencia,  la misma que sacude hoy a Estados Unidos y a Europa.

En días pasados se registró un ataque en Irak que dejó alrededor de 250 muertos. Curiosamente la noticia apareció en las páginas interiores de los grandes periódicos porque asuntos como los campeonatos de fútbol o los festejos del fin de semana pasada tenían mayor relevancia para una audiencia indolente. Si esta masacre hubiera ocurrido en Paris, en Londres o en Nueva York, el mundo se hubiera volcado con manifestaciones de solidaridad y de dolor masivo. Las fotos y los testimonios estarían en todas las redes sociales y en los medios, y la retórica de venganza y de culpa señalaría sin cesar a los terroristas islámicos. Pero, en este caso, las mayorías de las víctimas son musulmanas y pertenecen al estrato invisible del mundo. No recuerdan que fue la guerra instigada por odios y venganzas de Bush; la guerra basada en las inexistentes armas de exterminio masivo, las que provocaron un enfrentamiento absurdo que continúa hasta ahora con todas sus secuelas de odios potenciados y disparados vertiginosamente entre oriente y occidente. Una guerra basada otra vez en la intolerancia y la incapacidad de aceptar al Otro, al que no es como uno, al que cree, piensa y siente diferente.

El flujo permanente de inmigrantes que huyen de las guerras étnicas y religiosas hacia Europa es otro de los "flagelos" que hoy azotan a occidente. Los europeos consideran que los advenedizos están contaminando su cultura e invadiendo sus "civilizadas formas de vida". Son las mismas admoniciones que señalara el célebre xenofobo Samuel Huntington, cuando advirtió que existe un choque de civilizaciones porque el sur está "oscureciendo" a occidente con sus creencias, su cultura, sus tradiciones y sus diferencias lingüísticas, y esto constituye un peligro para el occidente blanco. En otras palabras, es el mismo discurso que utilizaron los regímenes fascistas para justificar su superioridad étnica y que generó una de las peores guerras y genocidios de la historia.

Las guerras más irreconciliables tienen en su mayoría un común denominador, las diferencias étnicas y religiosas. Dos flagelos que han azotado el mundo desde sus inicios. Sin embargo, en Colombia estos factores no son los más relevantes del conflicto.  Lo que subyace en nuestra guerra es la injusticia social y económica. Es cierto que en el fondo hay un racismo disimulado. Sin embargo, como precisa el sociólogo y politólogo Eduardo Pizarro, los conflictos en nuestro país son reconciliables porque no se basan en pugnas étnicas ni religiosas. ¿Cuál es entonces la razón de perpetuar odios y rencillas? ¿No es simplemente una intolerancia que permea, contamina y obnubila a los ciegos seguidores de los que están en contra de la paz?

Tanto en las confrontaciones que hoy vemos tanto en Estados Unidos, como en Europa y en Oriente, así como en Colombia, los factores que sobresalen son la intransigencia y el temor de convivir y aceptar a ese Otro que es distinto y cuya presencia en espacios comunes genera inquietud y recelo.


4 comentarios:

Penelope in town dijo...

Elvira,

Muchas felicitaciones por este paso que empiezas por medio de Espirales.

Estoy totalmente de acuerdo con tus pensamientos. En el pasado nos han partido pensamientos políticos, ahora empieza esta otra guerra de opinión para aceptar la paz que tanto hemos querido como Nación y que históricamente no le hemos podido contemplar a pesar de fallidos intentos. Tal como dice Humberto de la Calle Lombana, el Alto Comisionado para la Paz; esto es un proceso de catarsis. En el que los Ministerios de Justicia, Educación y Trabajo, tendrán intensamente que cooperar imperativamente y establecer programas para la inclusión y desarrollo para el bien del progreso de Colombia.

Penelope in town dijo...

Elvira,

Muchas felicitaciones por este paso que empiezas por medio de Espirales.

Estoy totalmente de acuerdo con tus pensamientos. En el pasado nos han partido pensamientos políticos, ahora empieza esta otra guerra de opinión para aceptar la paz que tanto hemos querido como Nación y que históricamente no le hemos podido contemplar a pesar de fallidos intentos. Tal como dice Humberto de la Calle Lombana, el Alto Comisionado para la Paz; esto es un proceso de catarsis. En el que los Ministerios de Justicia, Educación y Trabajo, tendrán intensamente que cooperar imperativamente y establecer programas para la inclusión y desarrollo para el bien del progreso de Colombia.

Alcira dijo...

Felicitaciones a ustedes dos. Me uno a sus preoccupaciones y mirada hacia el mundo y a nuestra Colombia en esta encrucijada.

Alcira dijo...

Felicitaciones a ustedes dos. Me uno a sus preoccupaciones y mirada hacia el mundo y a nuestra Colombia en esta encrucijada.