Ignacia Roca, una
desplazada de Barbacoa, Nariño, me mandó un mensaje que decía, "Esos
señores del No, no saben el mal que hicieron. Dios los perdone". Soraya
Bayuelo, la líder de comunicaciones de las comunidades de Montes de María,
escribió, "Seguimos resistiendo". También las víctimas de cuello
blanco, como Ingrid Betancourt han proclamado su incredulidad hacia el triunfo
de las maquinaciones del NO y han expresado su irrestricto respaldo a los Acuerdos.
¿Cómo se explica que los opositores a
la paz sean los que no han sufrido la guerra, y los que claman
por la paz sean los verdaderos afectados por el conflicto? Una muestra más de
la indolencia de los que han vivido en la orilla de la historia. Los que se
dejan convencer por las triquiñuelas baratas de la campaña del NO, que contenía
tres premisas básicas: el miedo, la ignorancia y la maquinación. Así lo reveló
el director de la campaña del Centro Democrático, Juan Carlos Vélez, quien
además se ufanó de la facilidad con que los electores se dejaron manipular.
Pero yo lo creo, porque la mayoría de los que votaron por el NO son parte de
esa población maleable que desconoce la conciencia crítica y la capacidad de
indagar más allá de los mensajes fatuos que llegan a sus redes sociales.
Entretanto vemos a las comunidades
indígenas y campesinas con muestras de valor y resistencia dignas de respeto.
Los indígenas guambianos realizaron una caminata de quince horas desde Silvia,
Cauca, hasta la Plaza de Bolívar en Bogotá para declarar:
A
través de esta movilización pacífica queremos decir que todos tenemos
derecho a la paz, y más cuando nosotros somos los territorios más afectados. Entre
todos quisimos decir ‘Sí’ a la paz el pasado 2 de octubre, pero como no pasó,
es ahí cuando nos tocó reaccionar y hacer la movilización.
Igualmente, en otra
manifestación las víctimas de Bojayá, pidieron respetar el 96% de los votos por el SÍ que
se registró en esa comunidad, que sí ha sido afectada por la guerra:
Urgimos a que se
implemente el Acuerdo de Paz, tal como se negoció en La Habana... La sociedad que votó por el NO tiene una deuda con los derechos de
las víctimas y con el costo en vidas humanas que tiene su votación
sobre las poblaciones que sí padecemos la guerra. No es justo que ellos puedan votar e influir en nuestras vidas o
nuestras muertes y que nosotros no influyamos en las políticas que
a ellos y ellas los afectan.
Es que la sociedad que votó por el NO no solo tiene una deuda, sino una responsabilidad. No son ellos quienes van a
ser los afectados por el desangre que se produzca cuando se recrudezca la
guerra. No serán ellos quienes pongan los muertos ante las técnicas más
sofisticadas de violencia que desarrollen los bandos enfrentados. Serán
de nuevo los mismos de siempre, los indígenas, los afrodescendientes, los
campesinos de los territorios apartados, las víctimas de este gran error
histórico propiciado por la Colombia indolente.
Citas
http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/reunion-de-indigenas-con-el-presidente-santos/16723685
http://www.elespectador.com/noticias/judicial/sociedad-voto-el-no-tiene-una-deuda-nuestros-derechos-v-articulo-658763