Colombia amaneció a la nueva década con un nuevo record: el mayor número de asesinatos por día en solo dos semanas del año.
En los primeros 15 días del mes de enero han sido asesinados veinte líderes sociales en Colombia. Más de uno por día. La reacción del gobierno es reforzar con fuerzas policiacas y militares las zonas en conflicto.
Como si no supiera todo el mundo que ellos son los mismos que amparan las
persecuciones y matanzas.
Como los ciclos se repiten en el país
como una maldición que llega al paroxismo. Esta misma semana se conocieron las
interceptaciones ilegales a magistrados, políticos, periodistas y funcionarios
que llevan el caso del expresidente Uribe sobre manipulación de testigos. Dichas chuzadas han sido ordenadas y
monitoreadas por mandos militares. Es decir, se repite la historia de
principios del milenio cuando el Departamento Administrativo de Seguridad -DAS- se convirtió en el mecanismo de
interceptación ilegal de todo aquel que
estuviera en contra del gobierno de turno.
Vuelve y juega. No solo los asesinatos a
líderes de derechos humanos, a líderes sociales, a los que trabajan por la
comunidad, los que se oponen a los cultivos ilícitos, a la minería ilegal, aquellos
que llevan a cabo los proyectos establecidos en el Acuerdo
de Paz. Una investigación de la revista Semana revela que el Ejército habría
ordenado realizar múltiples interceptaciones de comunicaciones sin ninguna
justificación real. Entre los interceptados se encuentran Roy Barreras, senador
del partido de la U; Camilo Romero, exgobernador de Nariño, y Cristina Lombana,
magistrada de la Corte Suprema. También se han encontrado micrófonos ocultos
del magistrado, César Augusto Reyes y
del Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina.
Todo esto no es sino un replay de una
película que repiten cada veinte años con actores más sanguinarios y con
tecnologías más sofisticadas. Y pareciera que los actores no cambiaran, solo
los cargos. El mismo Ejército, con los mismos sofismas de distracción, bajo las
mismas premisas y con la misma desfachatez.
De igual forma, los asesinatos a líderes
sociales y comunitarios siguen a la orden del día. El año 2020 arrancó con una
crisis en Bojayá, otro escenario que lleva décadas de violencia desalmada. Varios asesinatos fueron denunciados en
Putumayo, Chocó, Valle del Cauca y Cauca, Antioquia y Norte de Santander. La mayoría de ellos son líderes indígenas y
campesinos. Las persecuciones ocurren en
lugares donde se hallan las crecientes fuerzas paramilitares convertidas en
bandas criminales al amparo de narcotraficantes poderosos y autoridades
locales. También se encuentran en estas zonas miembros del ELN y disidencias de
las FARC. Pese a los inistentes llamados de las Naciones Unidas a tomar acciones efectivas con presencia del estado y con políticas de salud y educación, la única respuesta por parte
del gobierno es incrementar las acciones militares. Todo parece indicar que esta medida solo refuerza
las propias fuerzas ilegales y amparan a los asesinos, no a las víctimas.
Camila Loboguerrero, activista y artista,
miembro de la Comisión de sabios, resume la situación de Colombia en una forma
puntual:
“¿Pero para qué niños estamos soñando?
¿Si los estamos matando, si entre las desalmadas guerrillas, los militares y
los paramilitares los hemos convertido en
carne de cañón? ¿Si para el gobierno los niños, retenidos a la fuerza y obligados
por los violentos, son solo combatientes para aniquilar? ¿Si a los niños
indígenas… los aniquilamos a punta de metralleta o condenándolos a morir de
hambre, al fumigar sus cosechas con glifosato, ese pesticida supuestamente
inocuo en palabras de la vicepresidenta, la misma que nos convocó a pensar en
un mejor país? ¿Si vamos a acabar con los campesinos, además de los indígenas? ¿Pensamos un país mejor para quiénes? ¿Para
los hijos de ese 1% que maneja el 80% de los recursos? ¿Para el 1% más rico del
país?” (Revista Arcadia).
La historia se repite y se sigue
repitiendo ya ni siquiera por ciclos, sino con un método calculado y
preciso. Hasta la locura tiene método,
dijo Hamlet. Mientras tanto la gente en
Colombia se aterra por las noticias del Medio Oriente, de Australia y de
Venezuela. Sin percatarse de que la tragedia colombiana es más cruel,
sanguinaria y deshumanizada que la de ningún otro lugar en el planeta.
Referencias
The Guardian. Enero 14, 2020. https://www.theguardian.c: om/world/2020/jan/14/un-staggering-number-activists-killed-colombia
Revista Arcadia. Enero 13, 2020: https://www.revistaarcadia.com/opinion/articulo/camila-loboguerrero-cuenta-por-que-no-fue-a-la-rendicion-de-conclusiones-de-la-mision-de-sabios-que-integro/79935
Revista Semana. Enero 12, 2020.
https://www.semana.com/nacion/articulo/chuzadas-por-que-se-retiro-el-general-nicacio-martinez-del-ejercito/647810
https://www.semana.com/nacion/articulo/chuzadas-por-que-se-retiro-el-general-nicacio-martinez-del-ejercito/647810