viernes, 18 de agosto de 2017

Supremacismo indignante


El racismo y las ideologías supremacistas no tienen cabida en este mundo bajo ninguna justificación.  Esto debería ser un mandamiento de las leyes de la humanidad. Por eso indigna hasta la repulsión las declaraciones y posturas del llamado “Presidente” de Estados Unidos de apoyo a los movimientos de supremacistas que provocaron muertes, heridos y caos  en las protestas del pasado fin de semana en Charlotesville, Virginia.

Lo que sorprende sin embargo son las muestras de sorpresa de los miembros de su partido y otros gremios, quienes expresaron disgusto y desilusión de su mandatario. Los que eligieron y apoyaron  su candidatura sabían desde su primera declaración en contra de los inmigrantes mexicanos que el racismo sería el bastión de su campaña y ahora, de su mandato. ¿De qué se sorprenden, pregunto?  Lo que hace pensar que la discriminación contra hispanos no se considera “racista”, porque para esta mayoría, los miembros de este grupo no merecen esta deferencia, no así, los judíos, quienes en este caso fueron el objeto de ataque por parte de los “neonazis”.  Este tipo de “discriminación” es el que ha recibido la atención y sorpresa de los partidarios de Trump. Los medios norteamericanos hacen eco a esta protesta y por primera vez se escuchan los llamados a impugnar y revocar al jefe de gobierno.

No sé qué es lo que me indigna más en estas muestras hipócritas de la sociedad estadounidense. Si las declaraciones de Trump; las de sus aliados y detractores; la de las columnas de opinión o las tribulaciones por las estatuas de confederados que están siendo derribadas. Mientras tanto, los inmigrantes hispanos siguen siendo perseguidos y deportados bajo la campaña de erradicación de “criminales , violadores y narcotraficantes”. El propio procurador Jeff Sessions, quien  ha estado a cargo de esta campaña, se rasgó las vestiduras ante las declaraciones de Trump. Nada que ver con el racismo contra hispanos, ¿verdad? En ese caso, el racismo no cuenta, los hispanos ni siquiera ocupan el último escalón de las razas en Estados Unidos.  Son los  equivalentes a los intocables de las castas en la sociedad hindú.


Este fin de semana tiene lugar el eclipse total de sol en Estados Unidos. Una buena excusa para distraer la atención de las protestas contra los supremacistas neonazis. El eclipse tendrá la función de eclipsar el entendimiento de los gringos. las muestras de solidaridad hacia los afectados por los ataques de Charlotesville se difuminarán como los rayos del sol bajo la sombra lunar y volveremos a la normalidad de lo que significa vivir bajo este régimen de horror y de impunidad. Lo que indigna es que  las vejaciones, iniquidades y degradaciones promovidas e incitadas por este mandatario se normalicen y se conviertan en parte de su proyecto de gobierno. El pueblo poco a poco se va acomodando y asimilando a vivir en la era de la revocación de los derechos humanos y a la regresión de los prejuicios fundamentales arraigados en la cultura colonialista de este país.