viernes, 1 de agosto de 2025

Un fallo histórico

Esta semana se dio a conocer un fallo histórico en la justicia colombiana: la sentencia de culpabilidad contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por los delitos de manipulación de testigos, específicamente, por fraude procesal y soborno en actuación penal. La condena a doce años de prisión domiciliaria generó conmoción a nivel nacional e internacional. Los detractores del expresidente expresaron júbilo, mientras sus seguidores manifestaron inconformidad en tonos que revelan la gran polarización que atraviesa Colombia.

Los trinos y reacciones de parte y parte no se hicieron esperar. Los hijos del expresidente lanzaron mensajes inflamatorios desde la cuenta X, cuestionando la legitimidad del expediente condenatorio. Por su parte, el presidente Gustavo Petro encendió los ánimos con un trino demoledor: "El hacendado, heredero legítimo del feudal español, termina en años que son de descanso y amor y nietos, encarcelado en su propia hacienda." La senadora Ma. Fernanda Cabal escribió en su cuenta: "Mientras hay un guerrillero indultado en el poder, el presidente que nos salvó de la barbarie está condenado.” Tras conocerse la sentencia se convocaron protestas y manifestaciones de desagravio por parte del Centro Democrático, mientras que los sectores de izquierda  e independientes celebraron con euforia. 

Es como si el mundo se dividiera en dos. Los uribistas (o furibistas), defienden la gestión del exmandatario durante la época de la Seguridad Democrática, que, según ellos, frenó el terrorismo impuesto por la guerrilla sin reparar en los medios, bajo el argumento de que "en la guerra todo se vale". Por su parte, los antiuribistas denuncian precisamente esos medios: alianzas y creación de frentes paramilitares, masacres y homicidios, la Operación Orión, los "falsos positivos", la persecución sistemática de opositores  a través de interceptaciones ilegales ejecutadas por el DAS, y otra larga lista de fechorías. Muchos consideran que Uribe fue condenado por el más leve de todos sus delitos. Recordemos que el expresidente Uribe Vélez tiene actualmente más de 28 procesos abiertos en la Corte Suprema de Justicia y más de 180 denuncias en la Comisión de Acusaciones por conformación de grupos paramilitares.

La polarización entre esos sectores ha creado un cisma profundo equiparable al que dividió al país a mitad de siglo XX entre conservadores y liberales, y que generó la época de La violencia. Familias divididas, medios de comunicación,  gremios económicos y partidos políticos se alinean en favor o en contra en torno a la figura de Uribe y a lo que él representa.  En especial, muchos actores políticos sacan provecho para fomentar los odios y rencores en beneficio propio. 

 El caso es que como lo señala Gimena Sánchez-Garzoli, directora de WOLA para los Andes, "este fallo podría intensificar o, potencialmente, reducir las tensiones políticas actuales y servirá como una prueba de fuego para medir la independencia y fortaleza del sistema judicial colombiano.

También será una prueba de fuego para medir la civilidad de un país tan polarizado así como la idoneidad de las fuerzas del orden ante un clima de odios exacerbados y discursos incendiarios que se han desatado tras la decisión judicial.  En las redes sociales las reacciones de todos los lados han desembocado en una lucha de insultos, ofensas y descargas que rayan en la insensatez. 

La defensa del expresidente presentará un recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá bajo una serie de artilugios legales con el fin de dilatar el proceso hasta alcanzar la fecha en que vencen los términos y prescribe el caso, en octubre del 2025.  Aun, en el remoto caso de que la sentencia se mantenga, resulta evidente que que el acusado no cumpliría una pena, ya que la cárcel domiciliaria en su finca paradisiaca de Rionegro (Antioquia) no es ningún castigo.  

Lo más probable es que la condena nunca se materialice. Personajes como Uribe y como Trump (también setenciado), nunca cumplen condenas ni pagan por sus crímenes porque están dotados de una aureola de impunidad y una coraza de invulnerabilidad que los convierte en semidioses de la injusticia. 

 

 

 

lunes, 28 de julio de 2025

La adaptación de Delirio a Netflix se queda corta

Por Elvira Sánchez-Blake

La serie Delirio, que se transmite desde el 18 de julio por Netflix, no le hace justicia a la novela del mismo nombre de Laura Restrepo. En muchos aspectos la adaptación perdió la oportunidad de transmitir los mensajes trascendentales que hacen de la obra literaria una pieza fundamental en la narrativa colombiana contemporánea.

Es comprensible que adaptar una novela de la complejidad de Delirio al cine no sea una tarea fácil. Los productores invirtieron dos años en la escritura del guion, investigación de los temas y en la recreación de los escenarios a la época en que ocurren los eventos. Es justo reconocer que los escenarios, los vestuarios y la ambientación consiguen trasladar a la audiencia a la Bogotá de comienzos de los años ochenta y algunos de los personajes logran buenas interpretaciones. Celebro también el uso de locaciones reales en Colombia y la participación de actores nacionales con las correspondientes formas de lenguaje utilizadas en la época en que se sitúa la narrativa.

Sin embargo, son muchos los aspectos que se quedan cortos si consideramos que Delirio es una obra maestra que intenta reflejar la locura colectiva de una nación acosada por la violencia política, el narcotráfico en medio de una sociedad de clases opresiva y excluyente que se vivía a finales del siglo XX.

Aunque la serie intenta reflejar el desquiciamiento de la protagonista Agustina tema principal de la novela—, no logra comprender las causas de su enajenación ni representar las facetas en que se produce el colapso mental.

En la novela, la crisis de Agustina es ocasionada por el quiebre de su mundo interior y exterior. Su mundo interior se rompe por la desidia de la madre; la violencia del padre hacia su hermano Bichi; la hipocresía de su círculo social, y por el catálogo de falsedades y secretos de la familia Londoño. En el ámbito externo, la deslegitimación del Estado y la inversión de valores generada por el narcotráfico completan el escenario de caos. Todos estos elementos recaen sobre la personaje. La novela alcanza un nivel de grandeza al revelar que la base de la locura individual es un espejo de la negación colectiva de la realidad y la preferencia de vivir en mundos falsos desconectados del mundo real. En este sentido, la serie de Netflix no logra capturar la complejidad ni la fuerza poética del texto original. Aunque visualmente cuidada, la producción cae en el terreno de una telenovela convencional, desprovista del clima de locura colectiva, crítica social y profundidad emocional que atraviesan la obra literaria.
 

Agustina posee “el don de los ojos”, una capacidad extrasensorial de ver más allá del umbral natural y que en ocasiones revela lo que está oculto o vedado a los demás. Además, desde pequeña, Agustina celebra rituales de purificación con su hermano Bichi, anclados en unos poderes que nacen de la intuición. Estos dos elementos están prácticamente ausentes en la serie, o apenas se sugieren, lo que le resta potencia dramática y sentido a la narrativa visual.

La decisión de los productores de representar la locura de Agustina a través de los bichos una especie de escarabajos desagradables— no logra la carga simbólica que se propone. En la novela los ritos de purificación que después se verán proyectados en los rituales de poner vasijas de agua por toda la casa, y la importancia de los colores, las velas, el tarot y demás artilugios, definen la naturaleza del estado mental de Agustina con una conexión a la infancia. En la serie, estos elementos aparecen fuera de contexto y por tanto, carecen de significación.

Al simplificar el papel de Agustina, la serie pierde su centro gravitacional y, con ello, gran parte del impacto emocional y político de la historia. Lo que en la novela es un viaje al corazón roto de una familia y de un país, en la pantalla queda reducido a una sucesión de eventos sin la densidad simbólica ni la profundidad psicológica que la historia merece.

El otro personaje que falla en su representación es Midas McAlister. En la novela el Midas es un personaje formidable en su caracterización como el arribista, manipulador y carente de escrúpulos. Su astucia le permite infiltrarse en la alta sociedad para convertir el imperio del oro del narcotráfico a través de los dineros de la vieja y desgastada clase oligarca bogotana. Desde que tiene acceso al colegio de niños ricos, él se encarga de imitar y copiar los gestos, tratos despectivos y gustos de su amigo Joaco, para convertirse en este ente impostado que niega su propia clase. Agustina tiene un romance con él en su primera juventud y ella queda embarazada, pero él la abandona a su suerte y ella se ve obligada a practicarse un aborto sola. En la serie, Midas aparece como un tipo ‘buena gente’ que no es aceptado por la madre de Agustina; el padre apenas lo soporta para que le maneje sus negocios ilegales y Joaco lo considera su amigo por conveniencia. Cuando Agustina queda en embarazo, Midas la lleva a conocer a su madre en su barrio marginal de Bogotá. La madre y Agustina entablan una amistad y se hacen la ilusión de una nueva familia. Esta transformación en hombre “bueno” y sensible le resta a los mensajes fundamentales a la novela. Midas representa el burlador burlado, el genio de las finanzas que es capaz de hacer hasta lo imposible por negarse a sí mismo, a su clase y a su madre por alcanzar la cima de intentar ser aceptado por la clase alta bogotana. Pero este intento es infructuoso porque como lo dice Restrepo en la novela:

Así te hayas ganado el premio Nobel de literatura o seas el hombre más rico del planeta o llegues primero en rally Paris-Dakar, o seas un tenor de todo el carajo en la opera de Milán, en este país no eres nadie comparado con los de “ropón almidonado” (Delirio, 155).

Es lamentable que la serie no logre reflejar la dimensión de estas líneas, ni el mensaje central de la novela: el malestar profundo generado por siglos de marginación que da origen a personajes como Pablo Escobar y al propio Midas, quienes al adquirir poder económico doblegaron la clase política y las estructuras sociales creando un caos de inversión de valores y de legitimidad.

La omisión de personajes claves como Rony Silver, el agente de la DEA, que se lucra por punta y punta: por medio de los sobornos que impone a los socios y por las ganancias que recibe de los cargamentos de droga, es una falla de la producción visual. Su participación en el macabro negocio es fundamental en las redes del narcotráfico que revela Restrepo. La adaptación se limita a mostrar a los guardaespaldas, una serie de matones, que al final se enlazan en escenas de tiroteo como de thriller barato que disminuyen el valor de la trama en su totalidad.

Una de las escenas fundamentales de la novela, cuando Agustina descubre el crimen ocurrido en el gimnasio de Midas, por medio del “don de los ojos”, no aparece en la serie. La supresión de esta escena tan significativa como detonante de la locura de Agustina, le resta un gran valor a la totalidad del relato y elimina la significación esencial de la obra.

Otras escenas importantes se desdibujan en la serie. Me refiero a la visita sorpresiva de Agustina a la casa de Martha Helena (la exesposa de Aguilar), que en la novela es irónica y brillante, queda anodina en la pantalla. La escena de las primas de Pablo Escobar rechazadas por Midas para ingresar en su gimnasio, por su "deplorable origen social",  que en la novela es un pasaje magistral, pierde todo su filo de ironía y el peso de denuncia en la serie. 

Me pregunto por qué los guionistas no aprovecharon las notas de humor, la ironía, el sarcasmo, y la riqueza de los diálogos de la novela, así como pasajes donde hay líneas agudas y contundentes. El guion se reduce a diálogos convencionales, exentos de sutilezas y del refinado tono del texto original. En definitiva, los productores de la serie de Delirio en Netflix dejaron pasar una gran oportunidad para hacer justicia a una de las novelas más magistrales de la literatura colombiana contemporánea.



 

miércoles, 2 de julio de 2025

Mi amigo Rogelio

 

El centro de detención Alligator Alcatraz inaugurado esta semana en los Everglades, es una muestra tangible de la maldad que habita en la especie con mayor capacidad de generar odio y destrucción.

Yo vivo en medio de una zona de pantanos e islotes, al norte de los Everglades. Mi casa está rodeada por los mismos canales que forman parte de este vasto ecosistema. El patio bordea uno de estos canales, repleto de plantas, aves y lagartos que abundan en esta zona. Tengo un amigo muy querido que nos visita de cuando en cuando. Se llama Rogelio.

Rogelio se pasea por el riachuelo con elegancia y sobriedad. Pasa de largo dejando una estela como un jet, apenas deja ver su hocico y su cola larga y majestuosa. Los árboles de copiosas ramas baten sus ramas y le abren el paso en su recorrido. Cuando se cansa, suele posarse en una de las orillas a tomar el sol. Las aves del subtrópico floridiano de diversas especies pasan a su lado sin inmutarse: La garza blanca, los ibis de plumaje azul y negro; las gallináceas de pico colorado y las imponentes aninghas de cuello largo, cabeza de serpiente y alas extendidas rodean a Rogelio, y él impasible, comparte con ellas su hábitat. En las noches, Rogelio nos ofrece una serenata de sonidos particulares que hemos aprendido a reconocer. Es algo así como GRR-GRRR en ritmos acompasados de tono grave. Al escucharlo pensamos que puede ser un llamado a su pareja o un signo de cacería. Ya sabemos que a partir de la caída del sol es preferible alejarse de las orillas, puesto que es la hora en que Rogelio y sus compañeros buscan su alimento. 

Durante mi tiempo en Florida he aprendido a conocer los reptiles que abundan en la zona.¿Sabían que su nombre proviene del español? Cuando los conquistadores llegaron a Florida, al ver tantos reptiles en los pantanos los llamaron “el lagarto”; este vocablo degeneró en lo que en inglés se conoce como “alligator”.

Los lagartos de esta zona son seres tranquilos, con hábitos sencillos de alimentación. Contrario a la mala prensa que se les ha atribuido, los humanos no hacen parte de su dieta. Solo atacan si se sienten amenazados. Es cierto que pueden cazar criaturas pequeñas, o animales domésticos de corta estatura. Pero esto sucede en muy raras y extrañas circunstancias.

Es por eso, que el mito, miedo, y ahora la amenaza, de que los cocodrilos y otras alimañas de los Everglades van a atacar a los inmigrantes que intenten escapar de un centro de detención escabroso llamado Alligator Alcatraz, es una falacia y una campaña deliberada para amedrentar y sembrar terror en la población.

Porque las verdaderas alimañas no nadan en los canales. Las alimaña más temible es una criatura repulsiva con fauces de tigre y penacho de plumas anaranjadas. Vino a inaugurar el Centro de detención acompañado de una víbora delgada con garras puntudas, ojos saltones, pestañas postizas y cabeza de arpía, cuyas mechas ensortijadas caían sobre su cuerpo de reptil. El lacayo que ejecutaba las órdenes es un ser vil que emite chasquidos desde su repugnante hocico. Su ejército de guerreros enmascarados con narices protuberantes y armas mortales en sus corazas de ICE, se encargan de perseguir y aprisionar a los que han tachado de enemigos.

Son ellos, engendros del mal y de la oscuridad, a quienes hay que temer.  Seres repulsivos y monstruosos han desatado una campaña de terror contra aquellos a quienes consideran diferentes: por ser extranjeros, hablar otra lengua y lucir otro color de piel.

El centro de detención Alligator Alcatraz inaugurado esta semana en los Everglades, es una muestra tangible de la maldad que habita en la especie con mayor capacidad de generar odio y destrucción entre los suyos.

Durante la inauguración del centro, el perverso mayor elogió  la ubicación del centro, en medio de los Everglades, argumentando que los que intenten escapar, caerán en las garras de las supuestas alimañas y cocodrilos que habitan los pantanos.  Resulta irónico que la peor alimaña del planeta sea quien condene a los que él considera "criminales", acusándolos de delitos tan abstractos como cruzar una frontera o trabajar sin los documentos legales.

Los nativos de las tribus Seminole y Miccosuke que aún habitan en lo que se conoce como el Big Cypress National Preserve, se opusieron a la construcción de este centro de detención. Advirtieron sobre los efectos ecológicos y ambientales que puede ocasionar este complejo en medio de la naturaleza virgen. Los líderes de las naciones indígenas argumentaron que estos territorios hacen parte de su cultura ancestral y deben ser respetados. En un comunicado expresaron su descontento:

Vivimos aquí. Nuestros antepasados lucharon y murieron aquí. Están enterrados aquí. El Big Cypress es parte de nosotros, y nosotros somos parte de él. 

Por supuesto, a las autoridades no les importa ni lo que piensen ni los pueblos originarios, ni los ambientalistas, y mucho menos los seres compasivos que protestan contra las condiciones inhumanas y denigrantes del centro. Ellos se ufanan de su gran ingenio al ubicar una prisión más parecida a un campo de concentración en medio de lo que ellos consideran alimañas salvajes y temibles. 

Este es el horror al que nos enfrentamos bajo  la administración más cruel y destructiva que haya conocido este país. 

En palabras de Eduardo Galeano: "Es el dios del miedo, el dios del miedo que tiene dientes de rata y alas de buitre". 



lunes, 9 de junio de 2025

El eco de un pasado que no cesa

 

En Colombia hay conmoción tras el atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. La situación ha generado una alarma, no solo por el acto violento en sí, sino por las repercusiones políticas. Este hecho le acaba de dar un impulso a la derecha para avivar su discurso de odio contra Petro y para promover la idea de que el país necesita una mano dura contra los promotores de violencia. El atentado es un triste recordatorio de las épocas nefastas de asesinatos de candidatos, matanzas de líderes políticos y el estado de desasosiego que marcó a Colombia en las décadas de los ochentas y noventas.

El problema es que la población padece una especie de amnesia selectiva con respecto a la violencia. Es verdad que se recuerdan los crímenes de los grades líderes como Luis Carlos Galán y Álvaro Gómez Hurtado. Pero, ¿quién recuerda los asesinatos de los líderes de la Unión Patriótica? ¿A quién le importan los miles de desplazados, desaparecidos y víctimas de las masacres perpetradas por los paramilitares y legitimadas por la política de Seguridad Democrática impulsada por Uribe?

Este atentado contra un líder del Centro Democrático le da un impulso rotundo a los sectores conservadores fortaleciendo la idea de que solo quienes defienden un modelo tradicional de las instituciones, llámense “familia, patria y propiedad”, tienen la capacidad de gobernar. Se afianza así el mito de que la estabilidad solo es posible a través del formato que ha perdurado por dos siglos de jerarquías sociales y de un status quo inamovible. La racionalidad es que la izquierda tuvo la oportunidad de cambiar las estructuras y de darle un giro a los problemas endémicos de desigualdad y falta de oportunidades a las poblaciones marginadas, pero esto no se ha logrado. Pone en  evidencia la idea de que la estrategia del cambio y de “la Paz total” no es viable en un país como Colombia. La gente prefiere mantener las segregaciones sociales, las jerarquías feudales, los conceptos de “líderes y subalternos” que han marcado a la nación desde sus inicios, como salvaguarda de las instituciones y de una apariencia de "estabilidad" que garantiza una falsa seguridad social.

En medio del dolor que hoy embarga al país por el atentado de un líder político, surgen sentimientos encontrados. Miguel Uribe  es miembro del Clan Turbay, una familia duramente golpeada por la violencia política en personas que no lo merecían. Es un político joven con un futuro promisorio. Es hijo de Diana Turbay, la figura política asesinada por el Cartel de Medellín. Su imagen recuerda a tantos otros que cayeron en circunstancias parecidas: en una plaza pública, en medio de un discurso político, víctimas de sicarios que solo son instrumentos de odios y mezquindades. Crímenes, que quedarán impunes como la mayoría de actos violentos del acontecer nacional.

lunes, 12 de mayo de 2025

La mujer que habita a Gioconda Belli


por Elvira Sánchez-Blake

 

Entrevista con la autora nicaragüense Gioconda Belli por Zoom

Desde que leí los primeros poemas y su novela La mujer habitada, he admirado la obra y trayectoria de Gioconda Belli. Gioconda reconoce que ha vivido muchas vidas, ha sido muchas mujeres, y especialmente ha sobrevivido varios cataclismos, desde terremotos devastadores hasta triunfos y derrotas políticas, incluidos dos exilios. El exilio más reciente hace apenas dos años, fue ordenado por su antiguo compañero de lucha, Daniel Ortega.

Gioconda Belli ha logrado combinar su compromiso político con su vocación poética. Su obra se reconoce por dar voz de las mujeres en varios poemarios, y a través de novelas que reivindican el cuerpo y el poder femenino. Entre sus títulos más destacados se encuentran: La mujer habitada (1988), Sofía de los presagios (1990), Waslala (1996), El pergamino de la seducción (2005), El país de las mujeres (2010), El intenso calor de la luna (2014) y El país bajo mi piel, una autobiografía, publicada en 2001, con una reedición actualizada en 2024. Sus poemarios Sobre la grama, Línea de fuego (1974) y De la costilla de Eva (1978), la lanzaron a la fama con galardones como Premio Casa de las Américas, el Sor Juana Inés de la Cruz y más recientemente, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

El 20 de julio de 1979 Gioconda entró triunfante a Managua con la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional, como una de las líderes que contribuyeron a deponer al dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza. Sin embargo, el triunfo revolucionario pronto fue derrocado por la Contra ofensiva de Ronald Reagan en los años ochenta, que culminó con el triunfo electoral de la derecha en 1990. El fracaso del sueño revolucionario tuvo muchas repercusiones entre sus líderes con desencantos y con la creación de nuevos partidos y propuestas políticas. Mientras tanto Nicaragua volvió a caer en el marasmo de la incertidumbre.

El sandinismo volvió al poder en 2007 encabezado por Daniel Ortega. No obstante, su proyecto político tomó otro rumbo y se convirtió en lo mismo que habían intentado erradicar: en un poder dictatorial represivo. Muchos de sus antiguos compañeros, incluida Gioconda, se opusieron a los abusos de poder de Ortega y de su esposa, Rosario Murillo, mediante denuncias políticas y manifiestos.

El 16 de febrero de 2023, mediante una sentencia ilegal, Daniel Ortega despojó a Gioconda Belli, a Sergio Ramírez y a otros 93 intelectuales y activistas de la nacionalidad nicaragüense acusándolos de traición a la patria sin pruebas ni derecho a la defensa. La sentencia incluyó la confiscación de todos sus bienes, además de la pensión de jubilación. La mayoría eran antiguos compañeros de la revolución sandinista, ahora traicionados por un líder que se enamoró del poder y del autoritarismo.

La última novela de Gioconda Belli, Un silencio lleno de murmullos (2024) habla de los sueños, las desilusiones y de un tema muy personal, los retos de la maternidad dentro de la revolución. La siguiente es la conversación que trata sobre la trayectoria de vida de Gioconda Belli y en especial, sobre su última novela.

Su autobiografía Un país bajo mi piel comienza con la frase: «Dos cosas decidieron mi vida: el país donde nací y el sexo con que vine al mundo.» A través de todas esas experiencias, ¿cómo se une la causa de la mujer y la causa política?

Yo me formé en la lucha feminista y en la lucha política con muchas lecturas. Tuve una concientización de la lucha feminista. Al mismo tiempo descubrí la literatura latinoamericana. Mis amigos poetas y artistas fueron los que me introdujeron al Boom y a libros revolucionarios. Fui tomando conciencia a todo nivel. En Nicaragua no había alternativa. Yo decidí unirme a la lucha armada. Era la época en que la revolución cubana se veía como un faro libertario.

El Frente Sandinista era un lugar donde uno se educaba. Lo primero que hacías era entrar al círculo de estudio donde aprendías filosofía, sociología, historia. Poco a poco fui construyendo conciencia política sobre la justicia social que te da vivir en un país con tanta desigualdad, a través de muchas lecturas, discusiones y una base teórica sólida de pensamiento. Esa base ha sido fundamental, aunque se ha modificado con el tiempo. Ya no creo en el marxismo ni en el socialismo soviético ni el cubano. Pienso que la izquierda se ha quedado estancada. Me identificaría como social demócrata. Quisiera ser más joven para meterme en las discusiones filosóficas del momento. En medio de todos estos debates intelectuales me doy cuenta de que la mujer era la víctima clarísima de todo un sistema patriarcal. La mujer era la primera explotada. Por eso me sentía cuestionada en mi propia vida por todo lo que me pasaba.

En todas sus obras, tanto poética como narrativa hay mujeres rebeldes, transgresoras, sujetos de sí mismas. Pienso en Lavinia de La mujer habitada, en Sofía de los presagios, en la Juana de El pergamino de la seducción, Melisandra de Waslala, Valeria y Penélope, de Un silencio lleno de murmullos. ¿Quién eres tú de todos estos personajes?

Yo creo que la personaje que más me define es Lavinia en La mujer habitada. Porque en la novela cuento el problema de romper con su clase social, es decir, la contradicción entre sentirte privilegiada y que quieres participar en algo en que los compañeros te ven como privilegiada. No te perdonaban que fueras “pequeña burguesa”, cualquier cosa que hicieras o dijeras, el origen de clase salía a bailar. Y después de la revolución fue peor. El origen de clase no pesó cuando estabas en medio de la lucha, en la trinchera, pero en la fase de la constitución del poder, le daban más peso al guerrillero heroico que a una mujer heroica.

Lavinia tiene ese componente de lucha consigo misma. Y la de muchas mujeres que no nos sentíamos empoderadas. Lavinia dice «Yo no escogí donde nacer. Uno puede escoger tu vida, como la vives, pero no tengo por qué cargar la culpa del lugar en que nací.»

Tus poemas se han convertido en un referente y modelo para las mujeres. Por ejemplo el poema “Y Dios me hizo mujer” siempre aparece el 8 de marzo. En ese poema captaste la esencia del ser mujer. ¿Qué falta para que podamos romper los paradigmas sobre la mujer?

Con mis primeros poemarios rompí varios paradigmas: el cuerpo, la mirada y el deseo femenino. Y causaron un gran revuelo en la sociedad nicaragüense. El paradigma de la mujer como tentación expresado en la Biblia, y eso aunado al paradigma de la virginidad de la virgen. Son los paradigmas con los que crecemos: símbolo de tentación y de perdición por su cuerpo. Y es que el cuerpo de la mujer tiene un poder extraordinario.

En El país de las mujeres yo digo que la sociedad está hecha para hombres que tienen esposas. La organización del trabajo laboral es un desastre para nosotras y no te compensa. Con el ingreso de las mujeres al mundo laboral los hombres han perdido el papel de proveedores. Entonces, se ha provocado una crisis de identidad enorme y una lucha antifeminista tremenda. El movimiento “anti woke” es la muestra de esto.

Lo que falta es tiempo porque toda esa parte identitaria ha sido dañina por lo rápido que se ha querido cambiar todo. Por ejemplo, aceptar los cambios de sexo, aceptar a los trans, a los gays es complejo, y es mucho más difícil para las mujeres aceptar esos cambios. Son ellas las que más se oponen. Nuestra biología nos ha causado todos los problemas. La biología no se puede obviar en el caso de la lucha de la mujer. Entiendo que debe ser muy feo nacer en un cuerpo que no te pertenece, pero también entiendo lo difícil de aceptarlo. La maternidad es uno de los asuntos más complejos de entender porque ahí están imbricados la biología, el cuerpo y la condición de la mujer.

La última novela, Un silencio lleno de murmullos es una deconstrucción de la maternidad que  muestra la relación madre-hija en todas sus facetas: la hija abandonada, la adopción y la vida oculta de la madre. Además gira alrededor de la tesis del abandono de la madre revolucionaria con la justificación de crear un país mejor para sus hijos. ¿Cómo llegaste a esta novela?

Cuando pasó la pandemia yo tenía una idea escribir algo sobre la desilusión política sin ser derrotista. Yo tenía que contar lo que significaba haber dedicado tu vida a una causa y rescatar las vidas de tanta gente que murió en el proceso. Yo estoy viva, pero tantos que murieron, que yo amé, muchos amigos. No sé qué harían si resucitarán y vieran lo que ha pasado con su lucha. Se me ocurrió la idea de escribir sobre la relación madre-hija. Yo he tenido ese sentimiento de culpa con mis hijas y ellas han tenido muchos reclamos. Los hemos ido resolviendo con el tiempo. Me ha hecho sufrir y las ha hecho sufrir a ellas. Pagamos un precio, los que estuvimos involucrados, pero también los que lo pagaron indirectamente. Quise contar un poco esa pérdida y cómo no salir derrotada. La verdad, me ayudó mucho escribir esa novela porque al final de cuentas me consolé. El mito de Sísifo representa eso. Me di cuenta de que andamos apurados para que las cosas se resuelvan tan rápido. Gramsci decía que si no se cambia la ideología, la manera de ver el mundo, la gente va a rebelar cuando le impongas un mundo diferente.

Me pareció interesante la idea de comenzar la novela con el poema de La vida es sueño de Calderón de la Barca, y terminar con el mito de Sísifo. ¿Crees que alguna vez Nicaragua va a llegar a la cima sin que la roca le siga cayendo encima?

En la revolución francesa el horror terminó ejecutando a los propios que la lideraron, pero cien años después se logró la meta que perseguían. Francia es una república sólida, un país avanzado, civilizado. Me hizo pensar en el tiempo. Uno quiere ver sus sueños realizados en un tiempo de vida. ¿Qué son 80 años? Es muy poco tiempo para llevar a cabo un cambio tan rotundo.

¿Un silencio lleno de murmullos es también una reflexión sobre la represión del régimen de Ortega en la Rebelión de abril del 2018?

De la Rebelión de abril del 2018 viene todo lo que nos ha pasado. Cuando la pareja Ortega-Murillo se dio cuenta de que nos los querían, que los iban a derrocar, la necesidad de mantenerse en el poder los llevó a instaurar un régimen absolutamente represor. Hace poquito tuvieron 30 mil hombres vestidos de camiseta blanca y pantalón negro con pasamontañas formados en la Plaza de la Revolución jurándoles lealtad al Daniel Ortega y a la Rosario Murillo. Es decir, formaron una fuerza paramilitar porque la Rosario tiene miedo de que el día que se muera Daniel Ortega el Ejército le dé un golpe (esa es mi lectura). Ella quiere tener su propio ejército. Treinta mil es un gran número. Muchos no son policías ni militares, son empleados públicos que los obligan a hacer ese tipo de cosas.

Ortega te declaró exiliada de Nicaragua en febrero del 2023. Además, te despojó de la nacionalidad nicaragüense y de los bienes que tienes en Nicaragua. ¿Qué ha representado ese exilio?

El exilio ha sido un descalabro tan grande porque yo tenía mi casa, mi estudio, estaba bien contenta. Y tenía la ilusión de acabar mis días mirando el lago y los volcanes y la naturaleza nicaragüense. Y ahora me toca un cambio radical, no solo un cambio de espacio físico sino que nos quitaron todo. Mi casa que significaba no solo el refugio, sino que si te enfermas horriblemente podés hipotecarla. Es una casa que compramos en 1987 y que ha estado en nuestra vida por largo tiempo.

Yo he agarrado con mucha filosofía este segundo exilio y es que uno poco a poco en el transcurso de la vida se va construyendo como un centro de quién sos, qué querés, para qué servís. Ese centro es como un pilar fuerte. A mí no me ha derrotado este exilio para nada. Más bien creo que profesionalmente ha sido ventajoso venir a España, conectarme con la Academia de la lengua, con la literatura. España me ha abrazado profundamente: me dio la nacionalidad, me abrió las puertas. Porque además España se ha convertido en la patria adoptiva de muchos escritores latinoamericanos. A mí me gusta lo impredecible. En Nicaragua, llegó un momento en que dije, ya hice lo que debía hacer. Y de repente la vida me da un vuelco y tengo que volver a reinventarme. Económicamente fue un desastre. Nos quitaron la pensión de jubilación y la seguridad económica que teníamos. A mi hijo también lo exiliaron y le quitaron todo. Nos movieron el piso.

Yo he visto un renacer de Gioconda Belli. Todos los días estás en las redes sociales. El nuevo libro. Ganaste el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y el Ojo Crítico Iberoamericano, eres la presidenta del Pen Nicaragua y miembro de la Real Academia de la Lengua.

Es verdad. Desde que vine a España me puse a hacer cosas, a trabajar duro. Ingresé como miembro de la Real Academia de la Lengua. Volví a escribir poesía y seguí luchando por Nicaragua.

¿Y qué va a pasar con Nicaragua?

Yo digo que Nicaragua es un país tan chiquito que es un país portátil y siempre lo ando conmigo. La verdad es que Sergio Ramírez y yo hemos hecho un trabajo fuerte por Nicaragua. Porque la gente casi no habla de Nicaragua. Yo en los post. Twitter, Instagram, pongo todo sobre Nicaragua.

¿Y vos me preguntás qué va a pasar con Nicaragua, y te digo, ¿qué va a pasar con Estados Unidos?

¿Qué va a pasar con el mundo?

    -Ambas nos miramos con ademanes de inquietud. Finalmente, ella es la que responde:

Yo creo que nos vamos a enfrentar en contra del autoritarismo a todo nivel. Pero como soy optimista perdida, cuando hay estos grandes cataclismos, también salen cosas buenas, porque hay una contra que dice «esto no puede ser». Te pone la película clara de lo que significa el autoritarismo. El problema es que tenemos tantas distracciones y tan poca formación cívica. Va a costar más de lo que hubiera costado en los setentas, ochentas. La tecnología nos ha absorbido. Es fascinante también: la comunicación instantánea. Por eso estamos aquí conectadas a pesar de que estamos a miles de kilómetros de distancia. La clave está en seguir luchando, escribiendo, pensando, no dejarnos vencer por la adversidad.

Estas mismas ideas las resume Giconda Belli en El país bajo mi piel:

Mi esperanza es que de tantos tumbos y desaciertos surja, obligada por nuestra necesidad de sobrevivencia como especie, un sistema social que nos conduzca, si no a la imposible y romántica utopía, a sociedades empáticas, con equidad en la diversidad, la justicia y con muchas mujeres desempeñando sus artes desde esa vocación de cuidar la vida que biológicamente nos pertenece.

Ser mujer y atreverme a serlo sin falsa modestia, con gozo, con desafío, sin arrogancia, cierta de que la vida abraza a quien la abraza, vivir con optimismo y sin amargura me ha brindado una vida intensa de la que no me arrepiento. Ser escritora es lo mejor que me ha pasado. Es una fuente de satisfacciones. Siendo una puedo ser muchas.


Entrevista con Gioconda Belli, 17 de abril, 2025. 


sábado, 12 de abril de 2025

Mobilización social

 

 


Las protestas del pasado fin de semana son una señal clara de que la ciudadanía comienza a despertar del letargo en el que cayó ante la avalancha de medidas impulsadas por el Magnate en su segundo mandato. Las reacciones provienen de todos los sectores, incluso de aquellos que antes defendían al mandatario a capa y espada. Y esta reacción tiene una causa fundamental: les tocaron el bolsillo, y eso sí que les dolió.

La guerra comercial de aranceles desatada por el Magnate ha tenido repercusiones a nivel global. El mercado de valores se desplomó de un día para otro, y las decisiones en materia arancelaria cambian constantemente, sin seguir una estrategia clara ni un plan definido. Como lo expresó Rachel Maddow en  MSNBC, es como si un niño estuviera sentado frente a un tablero lleno de botones, presionando aquí y allá sin método ni objetivo. Solo que este tablero es la economía mundial, ahora en manos de un inepto rodeado de alfiles que no se atreven a contradecirlo.

El caso es que una gran parte de la población teme por el destino de sus finanzas. Los pensionados enfrentan el caos del Social Security en manos del DOGE; los veteranos, la incertidumbre sobre sus derechos de retiro; y todos ellos, la amenaza de perder el seguro médico que provee Medicare.

Funcionarios de entidades estatales han quedado desempleados sin justificación alguna, y muchos otros temen que les llegue el turno cuando Elon Musk y su equipo de tecnócratas lleguen a sus dependencias con una carta de despido en la mano.

Las empresas privadas tampoco están a salvo. La industria de la salud, la construcción y el sector agrícola corren el riesgo de perder subvenciones, apoyos a la investigación o de enfrentar el alza de costos por la imposición de tarifas sobre insumos básicos.

El sector educativo se encuentra ad portas de una crisis: el desmantelamiento del Departamento de Educación, los ataques sistemáticos a las universidades y las sanciones impuestas por no acatar las órdenes de eliminar los programas de Diversidad, Igualdad e Inclusión han puesto en jaque a todo el sistema.

A esto se suma la detención arbitraria de estudiantes acusados de antisemitismo por apoyar la causa palestina, ya sea mediante escritos o en manifestaciones públicas.




 

¿Caos? ¿Volatilidad? Es mejor no pensar... al menos, hasta que nos llegue el turno.

Y, sin embargo, las demostraciones multitudinarias de rechazo que se vivieron en todo el país el pasado 5 de abril despiertan una chispa de esperanza. Ya sé que puede parecer un consuelo menor en medio de tanta devastación, pero es la prueba de que el descontento generalizado puede convertirse en movilización social, y esta, a su vez, en un efecto dominó dentro de la colectividad.

Eso fue exactamente lo que sentí cuando me acerqué a varias personas durante la manifestación: la energía colectiva de gritar al unísono en favor de la democracia y en contra del fascismo.

Eso, sin duda, es un signo de esperanza.

 

Con mi amiga Gisselle en la manifestación de Venice, Fl. Las únicas latinas en la demostración.



jueves, 20 de marzo de 2025

Arremetida contra venezuela

Por Elvira Sánchez-Blake
 

Foto BBC MUNDO
 Los venezolanos esperaban una acción en contra del régimen de Maduro que les diera la oportunidad de retornar a la vida democrática que dejaron años atrás en su país. En cambio, el régimen de Trump arremetió contra los venezolanos con acciones que los despojan del Estatus de Protección Temporal (TPS), de sus derechos de asilo, y los declara enemigos con la deportación de más de 238 jóvenes acusados sin ninguna prueba de pertenecer a la banda Tren de Aragua.

La primera deportación masiva ocurrió el 16 de marzo. El mandatario acudió a una ley obsoleta  conocida como “Ley de Enemigos Extranjeros” que data de 1798, por la cual se avala la “detención y deportación de extranjeros que amenacen la seguridad del país en tiempos de guerra”. De esta forma el gobierno de EEUU declaró a Venezuela como enemigo de estado. 

Los venezolanos han reaccionado con estupefacción. No pueden creer que su héroe les haya dado la espalda. Aquel al que consideraban el salvador que les permitiría devolver el estado de derecho a su país y derrocar al tirano Maduro. No solo han sido reseñados como el prinicpal objetivo en su campaña antimigrante, han perdido su derecho de asilo, sino que al ser deportados ni siquiera podrán regresar a su país, sino a un lugar del que se dice, una vez se entra nadie sale nunca, peor que el infierno de Dante.

Las medidas son irónicas y paradójicas si se recuerda que el 95 por ciento de los venezolanos votó por el presidente republicano. No solo eso, sino que una gran mayoría demonizó a los demócratas y especialmente al gobierno de Biden-Kamala por sus políticas progresistas que asociaban con el régimen Chavez-Maduro.

Curiosamente fueron los demócratas los que otorgaron el TPS a los inmigrantes venezolanos que podían beneficiarse de esta protección migratoria con solo poner un pie en EEUU. Esta protección desapareció de un plumazo en una de las primeras ordenes ejecutivas de Trump, lo que dejó en el limbo a más de 300 mil venezolanos que pierden la TPS el 2 de abril. Otros 200 mil la perderán en septiembre próximo. Biden había autorizado la extensión del TPS hasta 2026, pero la orden ejecutiva de Trump canceló esta extensión.

Recordemos que el 16 de marzo el presidente acusó a la banda de El tren de Aragua de “perpetrar y amenazar con realizar una invasión predatoria contra el país”. Con esta base, ordenó que todos “los venezolanos en situación irregular migratoria, que tengan al menos 14 años de edad, sean detenidos y expulsados por ser enemigos extranjeros” (BBC). En el proceso no se sigue ningún procedimiento penal, ni se establecen pruebas y los acusados carecen del derecho a defensa alguna.

La ley del Enemigo Extranjero de 1798 es completamente anacrónica, en especial porque Venezuela no está en guerra contra Estados Unidos. La deportación de los 238 venezolanos a la mega cárcel de máxima seguridad El Cecot de El salvador tiene un doble fin, el de aprovechar la ausencia de un organismo legislativo salvadoreño --eliminado por Bukele en 2023--, que no requiere un trámite de juicio procesal a individuos que el gobierno considere criminales. Por otro lado, permite al gobierno de EEUU utilizar una cárcel de alta seguridad, sin tener que recurrir a los centros de detención de Estados Unidos, ni a la base de Guantánamo. Mientras tanto, Bukele se beneficia de las prebendas que su ayuda le proporcionará en el futuro en las relaciones con Trump. Es obvio que ambos mandatarios comparten las mismas tendencias autoritarias e intentan emularse uno al otro. Bukele en su tono fascista, y Trump, en sus deseos de eliminar de un plumazo cualquier organismo que se oponga a sus deseos de gobernar autocráticamente.

Un juez federal del Distrito de Columbia, James Boasberg, ordenó detener la expulsión de los detenidos, invocando la nulidad de la aplicación de la mencionada ley contra extranjeros, puesto que no hay guerra entre los países involucrados. Otros jueces han declarado que muchos de los detenidos no tenían ningún antecedente criminal. Nada de esto importó. La Casa Blanca negó haber desobedecido la decisión judicial bajo el pretexto de que los jueces federales no tenían jurisdicción para dar órdenes al Presidente de Estados Unidos. 

Según la BBC Mundo, Bukele se mostró muy complacido con la colaboración que le está prestando al gobierno estadounidense. Recibió a los deportados, comandó los procedimientos carcelarios y dijo que ofrecerá toda la ayuda en apoyar las políticas de su homólogo estadounidense. De acuerdo a la AP, El Salvador acordó recibir 300 migrantes deportados a cambio de una suma de seis millones de dólares. 

Percibo un estado de incredulidad y de desasosiego entre los venezolanos residentes en EEUU. Algunos todavía no se despiertan de la sorpresa de verse desprotegidos y sin ancla ante la evidencia de que ellos son los señalados. Otros se percatan de que su héroe los decepcionó. En lugar de las acciones que ellos esperaban: desconocer el gobierno de Maduro y declarar nulas las elecciones del 2024; o tal vez, algo más agresivo: ¿apoyar un golpe de estado? O simplemente, continuar con sus beneficios de inmigrantes protegidos cuya única preocupación era el alto costo de los huevos y de la leche. Pero ni tan siquiera esa esperanza está en los planes. Con las nuevas tarifas arancelarias, los precios de todos los productos de la canasta familiar se van a elevar por los cielos.

El caso es que los venezolanos en este momento se quedaron si protección, sin apoyo, sin beneficios y además de ser declarados como “enemigos”, tendrán que decidir sobre su situación migratoria ante la avalancha de políticas que arremeten principalmente en su contra. Para muchos es imposible regresar su país, y si la que consideraban su patria adoptiva los rechaza, ¿cuál es la alternativa?

Fuentes:

BBCMUNDO.COM. https://www.youtube.com/watch?v=j_hD3ooVCK0