Por Elvira Sánchez-Blake
La declaración del inglés como el único idioma oficial en Estados Unidos representa un ataque a la población hispana del país. Este intento de imponer una homogeneidad lingüística ignora el legado pluralista de un gran segmento de la sociedad. Es una negación al derecho de expresarse en una lengua hablada por 60 millones de personas. Es en esencia una cancelación de la cultura latina y su influencia en la sociedad estadounidense.
La orden ejecutiva que declara el inglés como idioma oficial firmada el sábado pasado pasó desapercibida en medio de tantas otras noticias críticas en el ámbito internacional. No niego que la estabilidad mundial se encuentra en peligro, y que el riesgo en que se encuentran muchos servidores públicos de perder su trabajo a manos de Elon Musk, puedan ser asuntos de mayor gravedad. Sin embargo, la imposición de un mandato lingüístico merece una consideración especial.
El presidente ha dirigido una campaña de hostigamiento contra los hispanos, convirtiéndolos en el blanco del odio y la persecución. Durante la campaña electoral convenció a miles de votantes de que los hispanos son los responsables de todos los problemas económicos, el desempleo y la inflación. Desde el inicio de su mandato la primera orden fue llevar a cabo la deportación más grande la historia y lo ha cumplido. En menos de dos meses ya han sido deportados más de 20,000 hispanoamericanos, que incluyen individuos con permisos de trabajo o estatus de protección temporal.
La cruzada contra los hispanos hace parte de la orden de suprimir la Diversidad, Igualdad e Inclusión (DEI) de los programas educativos y del gobierno. ¿Quiénes son los más afectados con esta medida? Las personas de origen latino que acceden a programas de estudio y a oportunidades laborales. Y no es por falta de capacidades--entiéndase bien--sino porque en general los hispanos tienen menos oportunidades en la formación integral.
La orden ejecutiva revoca un mandato del Presidente Clinton que ordenaba al gobierno federal proporcionar documentos oficiales en varios idiomas. La nueva orden establece que “esta medida reforzará los valores nacionales y creará una sociedad más cohesiva y más eficiente”. La Casa Blanca ya eliminó la versión en español del sitio web como una de las primeras acciones de la nueva administración,
Creo que la declaración del inglés como idioma oficial no es una medida de cohesión de identidad ni de afirmación de los valores americanos, como se intenta convencer al conglomerado. Por el contrario, es una forma de censura, de discriminación y de negación de la identidad lingüística que ejerce una población de 60 millones de habitantes en el país.
¿Qué va a pasar
ahora? Con esta orden, se elimina el español de los documentos oficiales en los
organismos del gobierno, los sitios de internet y muchos de los servicios en
español de las agencias del estado. No me sorprendería que como parte de esta
orden, vengan otras medidas. Supongo que se instaurarán restricciones a los
medios hispanos o que se eliminen las cadenas de radio y televisión que transmiten en español. Es
probable que se retiren los apoyos a las escuelas bilingües y a los sectores
educativos que enseñan español y otras lenguas como parte de sus currículums.
Vivimos en un mundo globalizado donde la expresión en múltiples lenguas es un privilegio. Constituye una apertura mental hacia nuevas dimensiones y hacia un entendimiento multicultural. Restringir la expresión en otros idiomas, además de absurdo es una regresión en la evolución humana y una muestra de la imposición del supremacismo que estamos viviendo en pleno siglo veintiuno.