viernes, 1 de agosto de 2025

Un fallo histórico

Esta semana se dio a conocer un fallo histórico en la justicia colombiana: la sentencia de culpabilidad contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por los delitos de manipulación de testigos, específicamente, por fraude procesal y soborno en actuación penal. La condena a doce años de prisión domiciliaria generó conmoción a nivel nacional e internacional. Los detractores del expresidente expresaron júbilo, mientras sus seguidores manifestaron inconformidad en tonos que revelan la gran polarización que atraviesa Colombia.

Los trinos y reacciones de parte y parte no se hicieron esperar. Los hijos del expresidente lanzaron mensajes inflamatorios desde la cuenta X, cuestionando la legitimidad del expediente condenatorio. Por su parte, el presidente Gustavo Petro encendió los ánimos con un trino demoledor: "El hacendado, heredero legítimo del feudal español, termina en años que son de descanso y amor y nietos, encarcelado en su propia hacienda." La senadora Ma. Fernanda Cabal escribió en su cuenta: "Mientras hay un guerrillero indultado en el poder, el presidente que nos salvó de la barbarie está condenado.” Tras conocerse la sentencia se convocaron protestas y manifestaciones de desagravio por parte del Centro Democrático, mientras que los sectores de izquierda  e independientes celebraron con euforia. 

Es como si el mundo se dividiera en dos. Los uribistas (o furibistas), defienden la gestión del exmandatario durante la época de la Seguridad Democrática, que, según ellos, frenó el terrorismo impuesto por la guerrilla sin reparar en los medios, bajo el argumento de que "en la guerra todo se vale". Por su parte, los antiuribistas denuncian precisamente esos medios: alianzas y creación de frentes paramilitares, masacres y homicidios, la Operación Orión, los "falsos positivos", la persecución sistemática de opositores  a través de interceptaciones ilegales ejecutadas por el DAS, y otra larga lista de fechorías. Muchos consideran que Uribe fue condenado por el más leve de todos sus delitos. Recordemos que el expresidente Uribe Vélez tiene actualmente más de 28 procesos abiertos en la Corte Suprema de Justicia y más de 180 denuncias en la Comisión de Acusaciones por conformación de grupos paramilitares.

La polarización entre esos sectores ha creado un cisma profundo equiparable al que dividió al país a mitad de siglo XX entre conservadores y liberales, y que generó la época de La violencia. Familias divididas, medios de comunicación,  gremios económicos y partidos políticos se alinean en favor o en contra en torno a la figura de Uribe y a lo que él representa.  En especial, muchos actores políticos sacan provecho para fomentar los odios y rencores en beneficio propio. 

 El caso es que como lo señala Gimena Sánchez-Garzoli, directora de WOLA para los Andes, "este fallo podría intensificar o, potencialmente, reducir las tensiones políticas actuales y servirá como una prueba de fuego para medir la independencia y fortaleza del sistema judicial colombiano.

También será una prueba de fuego para medir la civilidad de un país tan polarizado así como la idoneidad de las fuerzas del orden ante un clima de odios exacerbados y discursos incendiarios que se han desatado tras la decisión judicial.  En las redes sociales las reacciones de todos los lados han desembocado en una lucha de insultos, ofensas y descargas que rayan en la insensatez. 

La defensa del expresidente presentará un recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá bajo una serie de artilugios legales con el fin de dilatar el proceso hasta alcanzar la fecha en que vencen los términos y prescribe el caso, en octubre del 2025.  Aun, en el remoto caso de que la sentencia se mantenga, resulta evidente que que el acusado no cumpliría una pena, ya que la cárcel domiciliaria en su finca paradisiaca de Rionegro (Antioquia) no es ningún castigo.  

Lo más probable es que la condena nunca se materialice. Personajes como Uribe y como Trump (también setenciado), nunca cumplen condenas ni pagan por sus crímenes porque están dotados de una aureola de impunidad y una coraza de invulnerabilidad que los convierte en semidioses de la injusticia. 

 

 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente 👌